Días de mirarte en lentes negros
Las cadenas repicando, en el aljibe de tu cráneo; Resuenan olvidadas, días de abrazar la almohada. Sola. Las miradas de los demás esquivando, tu hueco en la cama. Huellas lunares en la sábana, días de vegetación. Sola. Y querés irte, sin decirle a nadie. Tus silencios hundidos en la carne, poros rellenos de estrés. Los bolsillos de pastilla; multicolores paredes de cemento, escaleras a la tierra. Y cuando el sol, poleas con tiradores. Cuando el sol, hermana, el sol de rayos; ¡Rayos, nena, rayos! Succiona. Y vos sin soltar la mano; último ómnibus expreso a la vuelta. Ahora miro tu sonrisa guardada; durante tantas vueltas de reloj. Y el aire nos aleja, genes bipolares en reparto desigual. Hoy te miro hermana, y no logro verte. Tu felicidad es tan distinta, pero tuya. Eso ya alcanza. Seguro alcanza. |