miércoles, junio 20, 2007

Bye bye, trash trucks.

Hoy flotó la gota, péndulo líquido sin decidirse a bañar mis neuronas. Y ellas acumulando fotos, acumulando ganas, acumulando frases. Agolpándose a la salida de un túnel amarillo.
Miraba el vaso, el largo de vidrio pilsen, uno de los tantos que Aramís supo canjear a base de paciencia infinita de chapitas. Miraba el vaso y el agua mansa, sin olas, ni siquiera un mínimo viento que agitara la superficie. Hoy cayó la gota. Entonces el suelo recordó como era mojarse.



Necesito alguien que tire de la cadena de mi cerebro. Necesito reaccionar. Necesito sobrevivir en este infierno de rostros inexpresivos, de la misma esencia de persona multiplicándose por millones a lo largo de mis días. Hoy todo se funde en un mismo aparato, una máquina descomunal de dientes puntiagudos, preparada para succionar la sangre del que detiene el mecanismo neuronal. El mundo es un gran booballoo de tutti fruti, un experimento gomoso que pegotea los dedos y deslumbra con sabor dulzón. Y más allá de los cinco minutos de goce perdura una nada infinita, una bola informe que taladra los dientes y las razones, absorbiendo conciencias sin que ellas lo sepan. A veces creo que Darwin estaba muy borracho cuando elaboró esa teoría. O simplemente quería reírse de nosotros, mirando aterrado como la humanidad corre descerebrada al abismo más cercano.

Hoy salí a partir la niebla, Marvin secundando mis pasos apretados de frío. La calle era violeta, mientras las ramas imploraban un perdón de hojas que iba a demorar en llegar. El mismo recorrido de siempre, los mismos pasos en las mismas baldosas que a veces están y otras no. Marvin atreviéndose a explorar postes nuevos, mis ojos alternando piso y faroles de neón.
Pasamos el restorán de comida rápida y aceleramos por la vereda amplia de Suárez. Por ahí, por donde antes se descolgaban los camiones de basura anaranjados, aquellos que tronaban en carreras enloquecidas hasta la estación. Pero tampoco están. Las estelas de color que dejaban al pasar son ahora bloques monocromo, de un verde desteñido que se mimetiza con el pasto. Son mejores, sí, pero ya no hay más sprints acelerados ni ruedas girando la curva frente a la casa amurallada.
Marvin husmea una columna, un tobogán, las ruedas de una camioneta. Yo husmeo mi cerebro, porque en algún lugar debe estar el clic para desatar la catarata de letras. Hoy es gris y niebla, pero el frío no puede entrar a través de mi abrigo negro. Soy un círculo negro perdido en un paisaje de pedregullo y neón amarillo.
Llego a la hamaca. La roja. Está ahí, esperando ser tomada. Dulcemente se deja poseer, como si todos estos meses de ausencia no existieran, solo el agua hirviendo del café o una visita urgente al baño para justificar mi demora. Balanceo los pies, suave, mientras las pupilas se dilatan, esponjas secas de noches invernales. Por un momento el remolino mental se detiene y solo hay árboles. Gigantes pinos, o lo que creo son pinos. Están dentro de esa casa, la de siempre, la de las murallas altas y las cabinas de vigilancia atestadas de soldados somnolientos.
El cordón rojo de la vereda enmarca una foto perfecta de la nada, cartel de no estacionar completando el encuadre. Busco los rostros en las baldosas y lucen lisas de pasos, los poros suavizados por el tiempo. Apenas saluda un perfil de bruja de cuento que parece alejarse en silueta pequeña.

Hoy el cerebro decidió no descansar. Hoy y ayer y seguramente mañana. Necesito sobrepasarlo de revoluciones, girar la manivela hasta sentir que no da más, llenarlo de teorías inútiles y apreciaciones apuradas; de juicios de valor y máximas que debo respetar a rajatabla. Y luego respiro. Libre, tras una muralla de titanio acerado, de metal impenetrable, mi única defensa, la última frontera frente a la gran masa gris-deforme. Ella está ahí, a unos pasos, coqueteando cada día en la fábrica de ilusiones donde trabajo. Vendo muñecos de yeso y figuritas de colores en envase televisivo, por si no lo había explicado. Todo enmarcado en un lujoso edificio de vidrios al parque, el personal dándole la espalda cada día al sol que insiste en esconderse justo frente a ellos. Por si algún día deciden mirarlo.

Las manos en los bolsillos, aferrando la llave de metal frío. Marvin me mira, tratando de conocer los límites para sus desplazamientos. Sigo desconfiando, de todo, entonces delimito un área para que el tipo se pasee a sus anchas. Y él es feliz, la cola-bastón de pelos apuntando al infinito y la sonrisa en el hocico, porque sí que sabe sonreír. Busco refugio en las ramas desnudas que saludan desde enfrente. Trato de explicar. O entender. O explicar. Porque todo tiene que tener una razón. O no. Y la balanza se vuelve una diagonal enjabonada; ya no hay recta paralela al horizonte, cada lado soportando un peso equivalente. Ahora se cargan los platillos de un lado solo y no sé quien es el responsable. Por eso grito hacia adentro, por eso tiemblo de furia y las uñas apretan la palma de la mano buscando la sangre. Porque no quiero seguir enviando recuerdos al cielo, aunque ellos se empeñan en marcharse. Quizá reciban un telegrama urgente y en ese momento la revelación, la razón infinita por la que estamos acá, postes de madera pudriéndose bajo la lluvia violeta.
El dedo rancio señala y elige. Al azar, o al menos eso quiero pensar. Y no logro entender el criterio para manejar la grúa gigante. Everyone I know goes away in the end. Eso me decía el Viejo con la voz que partía el pecho. Y sonaba sincero. Hoy no es cercano, no. Hoy el cuerpo que quiere llevarse es parte de Gus. Y no entiendo. Nunca entiendo.

Veo las hamacas moverse. Tiemblan solas a un lado, como si presencias ajenas ocupasen los lugares para acompañarme en mi noche de preguntas. Son tres, la violeta a mi derecha, vieja compañera de las primeras veces. Una verde y la restante azul. O amarilla. No sé.
Balancean sus cuerpos de madera rasurando el aire de niebla. En un instante, ellos bajan a ocupar los tres lugares. En mi mente. Mis fantasmas convocados de un golpe en una noche gris violeta de muertos que quieren volver y vivos que no buscan irse. Donde el mundo sigue siendo la misma bola de espejos, brillando y brillando, reflejando todo las preguntas.
Luego me levanto y sigo. Marvin en la esquina, sentado esperando la señal para cruzar. Mis manos siguen en los bolsillos, aferradas a las llaves. El aire desprendiendo partículas de dudas. Camino de vuelta a casa, el cauce de mis conjeturas completamente desbordado. Y lo prefiero así, río bravo corriendo y arrastrando la mugre. Y creo fundirme en ese aire violeta, un punto anónimo que flota ajeno, esperando. Sintiendo el latido, pequeño/intenso, brotando profundo para luego desvanecerse en pelea contra gigantes. Un diminuto punto titilando en el iris, única señal para continuar vivo en medio de un mar de muertos que hablan.

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Comments on "Bye bye, trash trucks."

 

Blogger Hamletmaschine said ... (3:07 p. m.) : 

Por aquí sonaron las alarmas virtuales y vine de inmediato, me esperaba una inundación de imágenes perdurables, como siempre, de reflexiones dentro de reflexiones, intersticios medulares...

"ugolar", dice la palabra de verificación... bien podría ser el neologismo ideal para celebrar el retorno de un amigo.


Muchos, muchos saludos

 

Blogger Almendra said ... (5:39 p. m.) : 

La niebla inspira todos.
Que el cerebro no pare y de una y mil vueltas sobre lo mismo remasticandolo un sin fin de veces, nunca deja de pasar. Pero pasa, quiero decir que en un momento alguien (o algo) tira de "la cadena del cerebro" y todos esos desperdicios recontra procesados se van, pero es un ciclo: siempre hay más desechos de donde los otros vinieron.

 

Blogger UMA said ... (3:07 p. m.) : 

Que tremendo sentirlo tan solo, tan un poco roto...
No digo que lo estè, tal vez es ese lugar enrarecido tan de fino filo que me toca...
Ya me sabe en la hamaca, suspendida por sus calles con mi gabardina caracterìstica.
Le he extrañado, no digo con esto estar preparada para que se quede, pero aquì me tendrà como una sierva fiel, como si lo fuera.
Un abrazo y mis besos que nunca huyeron del calderìn, SirJeanGeorges.

 

Anonymous Anónimo said ... (12:44 a. m.) : 

Gracias por la vuelta

 

Anonymous Anónimo said ... (6:26 p. m.) : 

Hola Jean Georges

¿Qué aprendió por el mundo en estas vacaciones y en otras latitudes? Todos vamos por el mismo camino, heridos de vivir. Buscamos la poesía a modo de entender, compartir y no quedarnos con la daga dentro...usted sobrino es un poeta. Ante esa maldición no padrá hacer nada. Siga su destino.
Que bien que exista el regreso.

Saludos y un abrazo

Peggy Bonilla

 

Blogger Dharma said ... (8:44 p. m.) : 

Estimado Jean:
Qué decir! No sólo me pone contenta saber que estás, sino que me alegra saber que la niebla no te llevó puesto, en sentido figurativo, porque en el literal ya veo que sí.

Tómese una grappamiel por mí... Pobre Marino si aún se encuentra por ahí.

Salú!

 

Blogger pekerm4nn said ... (10:57 a. m.) : 

esto es como el disco nuevo de radiohead que no sale mas la puta que lo parió!

parece ser otro el mismo de siempre eh?
esa máquina dientuda con dientes de tiburón tiene que salir a masticar veredas de coco y chocolate, eso sí, el chocolate de hoy viene con espinas de pescado de ayer, ojo!

un gran abrazo comandante

 

Blogger Jean Georges said ... (3:44 p. m.) : 

Maquina: ugolar entonces, para mi y para usted, siempre empezando a retornar cuando nunca termine de escaparme. Gracias por la espera, y gracias, real gracias por lo de amigo. Se siente.

Amande: bienvenida a casa. Pase y pongase comoda, el sillon verde la espera y Marvin ya comienza sus disquisiciones de la tarde, teorias sinrazon y licor de cafe.

Uma: nunca se fueron. Y se conservaron en la despensa, atiborrada de sabores a menta y amaretto, olor a lavanda flotando en el aire y la persiana cerrada, porque nunca llegaba a abrirla, nunca llegaba. Ahora si, el viento desconando las copas de los arboles y brisa fresca en mi micromundo, que es muy ajeno a esa tierra gris y mugrienta que sabemos compartir. Gracias por seguir caminando junto a Marvin, gracias por no dejar esa hamaca amarilla, la que reservo para usted.

Anonimo: gracias por su presencia, sea quien sea y mire con los ojos que mire.

Tia peggy: y el sobrino nunca se fue. Pero supe volver con el cerebro mas atiborrado que nunca, mas lleno de eso que resuena y resuena, y el sonido no sabe callarse para vomitar lamentos en forma de cancion sin musica.

Dharma: la niebla aqui crece y no se va. Vivimos en medio de la niebla, Ganimedes pais de personas con niebla delante de los ojos, niebla imposible de cortar, niebla para avanzar a machete. Y me gusta perderme, entre la niebla de la gente.
Sabe que esa grappamiel no existe mas? al menos la dejaron de hacer. Solo en unos pocos y bien escondidos lugares siguen quedando botellas y botellines. Voy por ellos. Le guardo?

Peker: por eso elija el chocolate bien amargo, el mas oscuro y deforme, ese que a nadie le gusta, que nadie mira, que nadie saborea. Y cuando este usted solo en su escalon de marmol frio, usted y ese chocolate y los demas intoxicados de la misma pasta dulce y parecida, chocolate de utileria para enganar los dientes. Cuando este alli, llameme y compartamos. Los demas, explotando como bolas atomicas al vacio.
Un gran abrazo para usted.

 

Blogger Jean Georges said ... (3:44 p. m.) : 

Maquina: ugolar entonces, para mi y para usted, siempre empezando a retornar cuando nunca termine de escaparme. Gracias por la espera, y gracias, real gracias por lo de amigo. Se siente.

Amande: bienvenida a casa. Pase y pongase comoda, el sillon verde la espera y Marvin ya comienza sus disquisiciones de la tarde, teorias sinrazon y licor de cafe.

Uma: nunca se fueron. Y se conservaron en la despensa, atiborrada de sabores a menta y amaretto, olor a lavanda flotando en el aire y la persiana cerrada, porque nunca llegaba a abrirla, nunca llegaba. Ahora si, el viento desconando las copas de los arboles y brisa fresca en mi micromundo, que es muy ajeno a esa tierra gris y mugrienta que sabemos compartir. Gracias por seguir caminando junto a Marvin, gracias por no dejar esa hamaca amarilla, la que reservo para usted.

Anonimo: gracias por su presencia, sea quien sea y mire con los ojos que mire.

Tia peggy: y el sobrino nunca se fue. Pero supe volver con el cerebro mas atiborrado que nunca, mas lleno de eso que resuena y resuena, y el sonido no sabe callarse para vomitar lamentos en forma de cancion sin musica.

Dharma: la niebla aqui crece y no se va. Vivimos en medio de la niebla, Ganimedes pais de personas con niebla delante de los ojos, niebla imposible de cortar, niebla para avanzar a machete. Y me gusta perderme, entre la niebla de la gente.
Sabe que esa grappamiel no existe mas? al menos la dejaron de hacer. Solo en unos pocos y bien escondidos lugares siguen quedando botellas y botellines. Voy por ellos. Le guardo?

Peker: por eso elija el chocolate bien amargo, el mas oscuro y deforme, ese que a nadie le gusta, que nadie mira, que nadie saborea. Y cuando este usted solo en su escalon de marmol frio, usted y ese chocolate y los demas intoxicados de la misma pasta dulce y parecida, chocolate de utileria para enganar los dientes. Cuando este alli, llameme y compartamos. Los demas, explotando como bolas atomicas al vacio.
Un gran abrazo para usted.

 

Blogger Cinéfila said ... (11:11 p. m.) : 

Me gustó lo que leí.
Primera vez que paso.
SDS

 

Blogger .::PaLoMa::. said ... (3:13 a. m.) : 

un mar de muertos que hablan. creo comprender bien, porque se suele naufragar y caer en la misma suerte de funeral. pero yo no quiero eso, la verdad es que no, quiero respirar y tocarme el aire que sale por mi boca cuando tiene contacto con el frío. quiero tomar las partículas y verlas saltar de un lado al otro. ser parte del aire, que pertenece a este mundo que es como una serie mala de televisión que nadie hace terminar, y nunca dice "the end". porque los capítulos se repiten, y pasan las mismas cosas, no hay cambio de temática, y francamente nadie la quiere seguir viendo. pero sigue. y sigue. enfrentándose con las profundidades del mar muerto, pero sin sal, ni sabor, sino que repleto de nada.

Porque no quiero seguir enviando recuerdos al cielo, aunque ellos se empeñan en marcharse...(me gustaron muchas frases).

Un beso gigante y estoy feliz que haya regresado, las mariposas que me ha regalado siguen conmigo, de eso no se olvide.

Saludos!
.::PaLoMa::.

 

Blogger Dharma said ... (9:52 p. m.) : 

Guárdeme por favor. Sabía que se dejaría de hacer, así que me traje una botellita al Norte, que se rompió en mi valija... Triste la tristeza y sin redundar. Por suerte ya había una botella en mi destino final, aunque no oso abrirla... Usted guarde, porque aún nos debemos esa copa.

 

Blogger ele said ... (5:48 p. m.) : 

(:

 

Anonymous Anónimo said ... (10:46 p. m.) : 

mi morada ha sido clausurada. es hora de reducir la presencia cibernética.

mequeda un fotolog, esbozos de fotos que apreso cuando me dedico a mirar el mundo.
pero cada día, con menos ganas.

http://www.fotolog.com/raretbizarre

 

Blogger Sh said ... (11:52 p. m.) : 

Ya tiraron de la cadena?

 

Blogger UMA said ... (3:28 p. m.) : 

Dejo màs, pues, para que floten en torno a su porte.

 

Blogger UMA said ... (12:48 a. m.) : 

Y nunca màs supe de usted, Sir Jean Georges...
Pero esa hamaca sigue siendo mìa.
Màs al calderìn.

 

Blogger Sh said ... (11:49 p. m.) : 

Hola?

Me da miedo que no aparezca

 

Blogger .::PaLoMa::. said ... (3:11 a. m.) : 

se te extraña mucho :(

un abrazo!
.::PaLoMa::.

 

Blogger vinilica vegana said ... (1:14 p. m.) : 

se viene el 20 de junio del 2008

:)

estimado, le acerco una invitación a mi "nuevo" blog, a usted que está taaaan lejos...

 

Blogger Hitlercito said ... (6:58 a. m.) : 

curioso el concepto de "basura", sería interesante hacer una genealogía y estudiar los cambios que sufrió

 

Blogger Ligustrino Campana said ... (8:28 a. m.) : 

¡pst! ¡ea! ¡y! ¿olvidaste la contraseña? ¿fidelio?

 

Blogger Joey Cusack said ... (11:04 a. m.) : 

Hey, hey... que que no publicas hace mucho. Justo hoy que por casualidad enontré tu dirección entre mis favoritos...
Espero que estés bien.
Se te extraña!
Arriba!!!

 

Blogger vinilica vegana said ... (2:56 a. m.) : 

bueno, pasaron miles de años... o sólo fueron dos?

en estos días conocí a tu primo... por eso estoy aquí

un abrazo de abecedario para usted

 

Blogger bluefile said ... (2:55 a. m.) : 

Regresando y viendo con tristeza que usted ya no está...
Y quién me dará mis besos de café?
Nadie sino usted.
Se lo sigue queriendo

 

Blogger Lety Ricardez said ... (1:43 a. m.) : 

Jean Georges yo pasé también por un tunel de silencio, muerta entre vivos, o viva entre muertos, pero aquí estoy recordándolo con el mismo afecto de los primeros días, atesorando su carta y sus comentarios, deseosa de reencontrarlo.

Le dejo mi abrazo oaxaqueño

 

Anonymous Anónimo said ... (6:15 a. m.) : 

podrías volver por estos lados, nop?

 

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No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella.