jueves, abril 13, 2006

Fragmentos de noche en clave verde

Llamaste. Y fue justo en el instante en que yo me preparaba a lanzarte un misil tierra-aire, flotante en el arsenal; Porque ahora cada letra que tengo que escupir se vuelve una partida de ajedrez calculada. Por eso detengo los engranajes lanzados a velocidad ultrasónica, me siento, planeo la estrategia y de a poco se van descolgando las letras. Nunca solas, el sacacorchos tironeando fuerte para que la frase empiece a cobrar el sentido que ella sabe tiene guardado pero no se anima a contar.
Mis dedos saltan alborotados por el teléfono-teclado-botones, temerosos de levantar la vista. Y del otro lado, parada exactamente en el centro de mi campo visual bailotean los ojos verdes. Porque todos son verdes mientras no se demuestre lo contrario. Y allá voy, desencajado, mandíbula batiente a idear una estrategia mortal, desembarco de paracaidista en el techo de su mundo.
Esta vez llamaste. Ella. Vos. El bolsillo vibraba y parecía querer alejarse de mi cuerpo, pedazo de vida enquistado en mi cuerpo putrefacto, buscando desprenderse, liberación eterna. Y allá corría, atrás de los bolsillos de mis pantalones con calderines de agujero fino, sin dejarlos ir lejos, capturando las palabras de todas las ellas que de repente se atrven a surcar mi aire.
El movimiento del teléfono arrancó en la ingle y se propagó hasta el iris, porque sabía que esa pantallita azul podía tirar siete mil millones de verdades por segundo, cada una remontándome lejos o estallándome los dientes contra el cordón de la vereda. Y luego vi tus letras. Y vi tu mensaje. Y, más o menos, te vi del otro lado, vos inmersa en vos, yo nadando en piscinas olímpicas llenas de cuerpos mutilados, sin ojos donde rebotar la mirada. Estabas del otro lado y la pantalla traslucía verde esmeralda porque cada fibra se tiñe de ese color cuando iluminás-potencia un pedazo de mi noche.
Así manejé; y esos tipos, los Good Fellas, gritándome incoherencias -gracias Pedro- y sus teros que se paran en el campo a mirar la helada y yo me deslizo por las calles sin gente; y cada esquina se vuelve niebla rosada, sol pequeño lanzando rayos a través de la tormenta fantasma.
Manejé rápido: diez minutos. Esperar media, la puerta que se cierra y salir a devorar Barkir; sr. Pepino acostumbrado al asfalto gruyere; compañero de noches en piloto automático.
Vos hablabas. Dedos gesticulando al aire y tu figura diminuta que se acomoda en el asiento de al lado y yo que no puedo creer como un perfil tan sutil puede dibujar tantas palabras en mi aire. Colocás las piernas en el asiento, indio con agujeros en la mirada, despresurizando mi armadura aislante. Luego la mesa, una cerveza y varias otras que llovían. Por un momento llovían cervezas, sin paraguas, cervezas flotando en mi vereda, personas de negro, conductores de TV y Anna Nicolle que traía otra tras otra; sonrisa servicial de domingo. Claro, era domingo; horas emparchadas en polifón, para acomodar mejor la cabeza que viene arrastrándose después de viernes-sábado de excesos de sangre.
Contabas cosas, yo atiborraba tu cerebro con millones de llamados de atención; niño insistente que levanta la mano, porque no puede ser el último de la clase, siempre en el primer banco y la maestra regañando por no dejar hablar a los demás.
Y dijiste algo del pecho. Del pecho que duele ahí, justo dónde termina. Y presioné. Presioné el final de mis costillas y un dolor agudo trepó por la columna, resonó en la nuca y luego bajó presuroso a la planta de los pies. Y explicaste, algo de la energía que se acumula, pecho cerrando corazón, armadura que protege la carne blanda, mancillada de relaciones fracasadas. Pero en ese momento ya no te prestaba tanta atención porque mi razón escéptica me obligaba a mirar para otro lado, un oído acá y el otro simulando un espasmo, la cabeza balanceándose a un lado y a otro, sonrisa irónica. El pequeño punto titilando, dolor con sala de espera que tapo con un telón oscuro.
Así se deslizaron horas. Así de deslizó mi presencia por un instante hasta que decidí irme. Hasta que mi cuerpo quedó abandonado en esa vereda, inerte pero sin dejar de mirarte; y yo me fui lejos -había un Jacaranda, ¿no lo viste?, enfrente, glorioso de violeta-.
Y te pude ver así, a la distancia como más me gusta, el vidrio blindado separándome del mundo; cada hora aspirando hacia el otro lado, un poco más frío, un poco más pedazo de nada que no sabe si está acá de paso o si su misión en el mundo todavía está por venir. Porque así deambulo, dando bandazos y las paredes que me devuelven a la ruta, la misma que camino solo, la marea caminando en contra y algunos pocos que se van subiendo en las paradas, unos metros de compañía y copilotaje y vuelta a bajarse, para seguir arrastrando mi bulldozer amarillo hacia aquella raya verde en el horizonte, no sé porqué, pero la raya haciendo guiñadas que dicen "que por acá es".
Después me hiciste volver, porque tenés un poder maravilloso para empuñar la honda y desarticularme las nubes; la discusión fue y vino, intercambio de espadas eterno porque ya sabés que a vos te gustan los que a mi no me van a gustar y así; vos cuadriculando cada superficie de tu cuerpo y yo procurando esconder mi depósito bajo la camiseta. Y por momentos me olvidaba. No me importaba tu galaxia paralela a la mía, porque cada vez que levantaste los párpados-persianas, cada vez que me dijiste que si no miraba-zambullía en las pupilas verdes eran no sé cuántos años de mala suerte. Y lo hice. Y creo que por un momento lograste robarme un pedazo de alegría. Creo que por un momento pudiste mirar a través de ese ojo de cerradura tan lleno de polvo y lagañas. Y pudiste ver; mi razón que ardía, el fuego llegando desde abajo, luciérnagas en el pecho-faro orgásmico que busca estallar; y las llamas son lenguas vivas, sangre hirviendo en borbotones. Así. Por unos segundos.
La luna siguió en el lugar y nuestro enjambre de botellas aumentó. Más tarde, bueno, más tarde ya no importa porque se desvirtuaron las compañías y lo que era dos pasó a ser cuatro y yo en inferioridad de condiciones. Manejé de vuelta, sr. Pepino sin decir nada, murmurando por lo bajo que demorara la marcha porque así ella iba a estar más rato en ese asiento, junto a mí, el indio reluciente invadiendo el espíritu gris de Barkir para hacerlo resplandecer.
Y llegué y fue detenerse y una nueva cascada de palabras que nos comenzó a invadir y sr. Pepino que decidió apagarse y luego madre (tuya, claro) que se asoma y dice que nuestras palabras resonaban con fuerza; y cerrar la puerta y seguir, catarsis de vómito de ida y vuelta, vos de ese lado, yo en mi izquierda de siempre. Bajaste, movimientos gráciles en el aire y vos que sí sabés bailar y te gusta. Yo me fui, como tantas otras noches de tantas otras casas y esquinas, algunas volviéndose astilla en la memoria, otras cubo de chocolate delicioso, intocable. Manejé lento, los neones me saludaban y seguían gritando desde la radio, el guitarrista de gafas grandes atravesando mi sien con el cuchillo empuñado en el diapasón.
Más tarde me acordé, ya acostado y el dedo se movió temeroso hacia el epicentro del cuerpo. Buscó, mientras apagaba la luz con la otra mano y me acomodaba, el sr. Colcha preparado hacía rato. La uña raspa entre costillas y más abajo, terminando el esternón. Toco, aprieto fuerte. Y lo vuelvo a sentir. Es el centro del pecho el que duele, el que tiene el botón en rojo y tintinea. Ahora presiono, y sé que tenías razón cuando me contabas. Y es otra noche sólo, revolviéndome en mi cama arrinconada y el cerebro que no me deja vivir, cárcel para cada una de mis no-razones.

Comments on "Fragmentos de noche en clave verde"

 

Blogger Fer said ... (8:34 a. m.) : 

Y al tercer día resucité de entre los muertos... (¿¡eh!? déjà vu...)

Soy el primero en postear: ansiaba desde hace tanto tiempo este pequeño placer. Ahora voy a ponerme al día con todo lo que me he perdido ultimamente.

Saludos a Ud. y a Marvin.

 

Blogger Usagi said ... (3:13 p. m.) : 

Jean: Creo nunca me tome tanto tiempo para contestar un post. Pero creo que Ud se lo merece.
Como la imagen especular no superponible del otro lado del charco, le comento que me siento igual. Y no evite llorar mientra leis todo esto. Se lo que es señalarse el centro del pecho y sentir que solo hay triztesa, que se alguna ves allí hubo felicdad, ya no se recuerda. Y le confieso que yo tambien estoy harta, y que tambien llego del mas alla a mi cama y me recuesto y veo a la puta colcha que tantas cosas vio.
Pero no se sienta tan solo, acuerdese de mi que del otro lado del rio de Bakir siento lo mismo. Hay que por una vez conseguirse "valor" y no dejar que nos lastime asi esos putos fantasmas, es una cuestion de querer, no de hacerse el superado simplemente de cuidarse y de tener fe que siempre va a ver brazos que en al algun moemnto busquen devolvernos una caricia, o simplemente abrazarnos para que se duerman juntos.
Besotes... De sentimientos compartidos

 

Blogger Laura said ... (10:50 a. m.) : 

Querido Jean:

vine de visita alguna vez y luego, por esas cosas de la vida, no volví. Ahora, retorno y me quedo pasmada por la genialidad de las palabras de tu relato, por la eficacia y la eficiencia para ponerle palabras a sentimientos que, en mayor o menor medida, son de todos.
Yo también espero, en verde esperanza, encontrar esos brazos que no sean de fantasmas.

Besos

 

Blogger Noctiluca said ... (12:57 p. m.) : 

La historia que compartimos, como casi todos, encuentros y desencuentros.
Una noche triste, inútil, de expectativas caducadas.
Cuántas vamos? cuántas más?
Ya conoce el camino hacia el epicentro-.

Fluorescencias

 

Blogger ele said ... (11:28 p. m.) : 

me gustaría enamorarme. pero no puedo. o no se.
quizas nunca sepa.

 

Blogger bluefile said ... (12:10 p. m.) : 

Yo no sé si estoy enamorada, encandilada o encaprichada...
Lo que sé es que Sir Jean enamorado es una sobredosis de ternura...
Por lo menos eso me provoca a través de esas palabras veladoras de realidades.

besos desveladores
Y la receta del licor de Café para cuándo?

 

Anonymous Anónimo said ... (9:38 p. m.) : 

vuelvo a pasar... por lo visto dejo los lentes negros de lado. Me alegro. Siempre vale la pena, aunque parezca que no.

 

Blogger Silencio said ... (5:04 p. m.) : 

Tira a matar decia mi madre cuando una niña me buscaba, acaba con ellos toma su corazón-leña y quemadlo, toma su corazón plata y hazte una ensalada, comete los sueños y recrimina tu ausencia en recuerdos prestados.

Salud pues

 

Blogger pekerm4nn said ... (10:34 a. m.) : 

mi abuelita me decía: "rómpale el cabresto mijo, no las deje respirar...ellas son fatales"
y lo son, las nenas son fatales...el mejor ejemplo es el de la viuda negra...se deja amar y despues te come...pero bueno, no podemos ir más allá de eso, y tampoco vivir camuflados, con miedo a ser comidos...solo hay que tener cuidado...

salu2 master!

 

Blogger Federico said ... (7:20 p. m.) : 

Todo se resume en.....Un pelo

 

Blogger Sir Hache said ... (1:48 p. m.) : 

Sorprendente pueden resultar nuestras acciones y nuestros instintos al salir a flote ante algo llamado “amor”… aunque esto parece llegar a desgastarnos tanto, que uno simple y sencillamente se olvida de lo que es.

Saludos mi estimado Sir.

 

Blogger Azazel said ... (4:20 a. m.) : 

Y definitivamente, y seguramente todos nos leemos un poco (o mucho)en lo usted eficazmente describe. Ya se lo he sugerido, tal vez esté allí una sus funciones por estos lares.
Una de las mas importantes no deja de ser, llenar el pecho.
No deje de caminar hacia el horizonte verde, o del color que se presente, que para eso está, para hacernos caminar.
A mi también me viene quedando lejos, voy de camino, supongo. ¿Lo convido con agua de mi cantimplora?

 

Blogger La Valentina said ... (12:56 p. m.) : 

Jean Georges:

Por qué se resiste al embrujo de la verde mirada? San Valentin no se equivoca...ni ese pecho tan inmenso que tiene,,,
Si acaso su cerebro-cárcel es el enemigo a vencer.
Viajo a Ganímedes, solo para leerlo, para solasarme con esa lluvia de palabras que le dicta ese que habita en usted.

Todos los abrazos

 

Anonymous Anónimo said ... (1:27 a. m.) : 

Evónimo estuvo aquí. Llamó al timbre y no había nadie. Entonces probó por teléfono, por las dudas. Nadie. Pensó en la hora. Discó 16. Le dijeron: "23 horas, 15 minutos, 20 segundos". Evónimo no lo podía creer. Ante el pasmo, preguntó a su interlocutora qué tenía que hacer esa misma nocha. Señora Indicará dijo que quedaba libre en 45 minutos. Evónimo sonrío. Más tarde salió con Señora Indicará y pasaron fenómeno. Pinacea: celosa. Moraleja: todo no se puede, lo que mata es la humedá. Y yo que me fui tras la moto.

 

Blogger ex-gatopedrense said ... (8:09 a. m.) : 

clap clap clap.... onommatopeya de una ovación de pie propiciada por el ex gato pedrense para con el magnánimo post que acaba de leer

 

Blogger Lety Ricardez said ... (2:54 p. m.) : 

Ay el amor, el amor mi querido amigo Jean Georges, como obnubila y como espabila el amor.
Que urdimbre de palabras la que es capaz de ensamblar
Le quiero amigo mio y disfruto del huracán de sus palabras

 

Blogger Eigna said ... (12:26 p. m.) : 

Me ha traído el repetido recuerdo. Eso nunca es bueno.

 

Blogger bluefile said ... (9:02 p. m.) : 

El amor lo tiene alejado de Ganimides mi querido Sir?
Mire que me tomé todo lo que encontré en las botellas, cuando vuelva pase por la licorería que estoy seca de licores y palabras suyas.

Besos que esperan

 

Blogger Leticia said ... (3:51 p. m.) : 

una vez más quedo con la boca abierta ante el poder del azar dando orden al caos...
leo tu post, y tiene sentido (otro) el coment que me dejaste: la luz de neón, el interior de un auto vacío, las astilladas sombras...
las sensaciones se chocan, se encuentran, nos descansan de la soledad a la que fuimos arrojados..
un abrazo para ud. Jean

 

Anonymous Anónimo said ... (6:48 p. m.) : 

Vuelva Jean, q andamos necesitando sus palabras... Por lo menos yo, su fan nr 1... Come back Jack, come back! jeje. Conocí a una amiga suya... Estuvimos hablando de usted...

 

Blogger Jean Georges said ... (5:20 a. m.) : 

Señor-tan-parecido-a-Gibreel: eh? hola, si... yo creo que reconozco ese rostro, esa barba tupida, es usted Gibreel? Dónde está Wilson? Le acepto sus saludos. Marvin no, enojado por no tener más mate para las tardes de escarcha.

Usagi: por allá. Subido al cerro. Nuestra comunicación fluye por ese carril, secuencia de neuronas siamesas.

Laura: pero quiero brazos si son de sábanas, incinerándose y el pelo revolotea mientras las llamas consumen al fantasma de cama de dos y ya no hay lugar y tenemos cama de uno pero no importa y seguimos moviendo y después cepillarse los dientes y salir a morder veredas. Gracias por sus palabras. Y que esta vez la expedición le dure menos.

Nocti: sabe que las tengo? Sí, todas encerradas en frascos turquesas-turmalinas-turgentes. Y hay días y hay noches; sus fluos destellando porque siempre empujan bien. Gracias.

Ele: es claro. Por las dudas, haga como yo. Cargue su sopapa. Y destape conciencias.

Blue: no tengo ese secreto. Sólo lo trago, fluyendo tibio por la garganta. Pero no se preocupe: el Rey Vania decretará el 20 de Abril como el Día Nacional del Licor de Café. Y las canillas llorarán oscuro.
Gracias por sonrojarme y mirar atrás del telón. Usted si que porta rayos X.

De nuevo yo: y por qué había dejado de hacerlo? Marvin no muerde, no se preocupe, amenaza pero esconde piel de ternero. Le guardo los lentes, si quiere: adentro está oscuro y se necesita eyes wide open.

Eduardo: dispara dardos envenenados, hacia ningún lado pero con escala obligatoria en epicentros compatibles. Y luego esconde la mano. Y huye, para ver de lejos como la víctima se revuelve en el charco de impureza, sóla, sufriendo hasta sepultar su ser. Si lo ve a su tío-primohermano-concubino Silencio mándele un gran abrazo.

Peker: yo me compré casco. Hay muchas mantis religiosas pululando por mi cerebro.

Tatolopez: un pelo de hamster? de zarigueya? de kiwi?

Sir: pasa, entonces mirar albumes viejos, fotos de serrucho para llegar hasta el fondo de las vísceras y sentir que el corazón empieza a bombear nuevamente. Y así es mejor, pies en el suelo y la aguja clavada profunda a flotar sin lastimarse.

Blas: sin escotillas. Y afuera merodean los peces de azufre y cal. Quemando vivo. Me presenta a la violinista?

Azazel: le acepto. Y así tiramos unas leguas más, hasta aquel neón que brilla fucsia en la tarde. Bar de Sol, me contaron. El mejor ron de Rinus, provincia vecina a Barkir. Suban a mi bulldozer amarillo, no me molesta empujar.

Peggy: y el hombre no se quiere ir. Y ya debe unos años de alquiler. Varios. Pero insiste en escupir letras y letras. Ah, le agradece por venir.

Evónimo: no es usted algo de los Luna? Sí, como Angel, el angel del arco. Nada que ver con Legolas, este mucho más rubio, aquel con paperas a los quince. Déjele mis estiércoles a Pinacea, que el Tío Gerardo observa por las noches.

Gatopedrense: se le agradece. Ahora, si se le hace llegar la invitación a las sesiones musicales de Atilio, van a nombre del ex o del actual?

Madre-Lety: sí, a veces escupe huracán y despeina jopos. No quiero jopos; pelo endurecido para marchar en ejército de niños iguales. Le debo una lectura, pero el archivo está ahí guardado, no lo olvidé.

Eigna: depende. Cuando me acuerdo de mis muñecos de guerra casi vivos en la azotea del Cap. Pereira creo que es bueno. Otras veces no, casi siempre cuando veo monosombras.

Blue: claro, si su paso zigzegueante se veía desde acá. No recuerda? Pasó por mi lado, miró de reojo y siguió corriendo, camino de arena que se perdía tras una loma y usted plena de amor desbordado.

Leto: intenté recordar ese comment. Pero no. Si lo tiene a mano, me gustaría releerlo. Y gracias por volver. Siempre se la siente bien por estos lados.

Actriz-con-mayoría-de-vocales: ya sé que anduvo a los cotilleos. Y buscando su futuro bajo otros mandatos, mal, la competencia es de temer. No lo olvide, usted vendió su alma al diablo y yo firmé la garantía.

 

Anonymous Anónimo said ... (5:19 p. m.) : 

Usted sabe muy bien Jean Georges q la competencia no es de temer... Y no se preocupe q nada malo salió de esos cotilleos. Aunq espere lo peor de mi muchas veces yo nunca lo traicionaría...

 

Blogger Jean Georges said ... (6:31 p. m.) : 

srta. que camina: no diga esas cosas, soy y seré un espíritu transparente, tan transparente como la vodka, ahhh, con hielo y pomelossss.

 

Anonymous Anónimo said ... (4:18 p. m.) : 

Muchas veces el orgullo no lo deja ser tan transparente Jean, no me engañe... Y por lo q me contaron no soy la única q lo piensa así ;-)

 

Anonymous Anónimo said ... (5:15 p. m.) : 

doy apoyo ak ultimo comentario de la no caminante, es mejor escuchar oleer

 

Blogger Jean Georges said ... (9:19 p. m.) : 

Ambas, caminen o no: los asuntos familiares dejenlos en la puerta. Para sicólogo, tengo a Marvin. Igual les agrdezco se preocupen tanto por mi.

 

Anonymous Anónimo said ... (11:33 p. m.) : 

Nadie habló de asuntos familiares sr., hablé de asuntos personales. Dije q no es tan transparente como dice y lo sabe. Solo deja ver su transparencia a través de tus escritos, y muuuuchas veces dejan a la gente sorprendida...
Beso

 

Anonymous Anónimo said ... (11:36 p. m.) : 

a través de SUS escritos... era una redacción más formal...
Como me molesta cuando escribi algo, puse la maldita verificación de la palabra y dp lo leo y hay alguna falla. Shit!
Besooooootes

 

Blogger Jean Georges said ... (2:29 a. m.) : 

le-presto-una-silla-para-que-se-siente?: gracias, sé que no me lo dice a mal. Pero, de todas maneras, qué necesidad? Ya lo sabe, ser transparente no ayuda a levantarse en la mañana y encarar el día. Por eso. Algún día va a tener que devolverme esos lentes de visión rayos X que le presté.

 

Anonymous Anónimo said ... (2:18 p. m.) : 

Yo solamente estaba contestando lo q pienso de "su transparencia", esa de la q usted habló. Yo no saqué el tema, fue usted Sir. Sabe una cosa? No sé si los lentes esos tienen devolución... Igualmente solo dejan ver de manera transparente a las almas q quieren ser vistas, así q no hay problema.
Un beso grande

 

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No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella.