miércoles, junio 29, 2005

Fotograma de auto

Claro que no puedo saber lo que va a pasar. Pero puedo intentarlo. Puedo imaginarme razones, momentos, situaciones y en base a eso elaborar un posible desenlace. O no?
No es fácil saber que hacer cuando la ves venir hacia ti, lanzada en carrera, con todo su peso, su oscuridad y su aliento fétido y cuando llega, WHAAAM, y ya no puedes hacer nada más. Sólo te resta esperar. Ver que sucede. Y ahí vienen todas esas historias de la luz blanca al final del túnel, de que personitas pequeñas y con un halo de luz a su alrededor te vendrán a buscar y te guiarán dulcemente mientras una música celestial suena al fondo. A la mierda con los ángeles y todas esas estupideces. No puedo creer en cosas que no veo. Sólo puedo ver que esa jodida camioneta viene hacia mi a toda velocidad. Tampoco alcanzo a distinguir una intención de frenar la marcha. Es un gigante con intenciones de arrollarme y mandarme al otro lado. Bueno, en realidad no conozco sus intenciones. Tampoco creo que piense en pasarme por arriba pero su actitud no me demuestra otra cosa. Ahora está más cerca. Estoy relamente jodido. Chau a todo. Adiós a mis helados de chocolate, a mis tardes tirado escuchando música, a mis veranos en la playa. Pienso en la posibilidad de sobrevivir. No me gustaría quedar convertido en una planta unicelular, chorreando baba por la comisura de los labios mientras un ejército de enfermeras me coloca caños por aquí y otro por allá. Una silla de ruedas no estaría tan mal, comparando situaciones, claro. Por lo menos desarrollaría los músculos de los brazos. Hasta me podría tatuar un ancla. Sería el “tipo salado de la silla rodante”. Igual, nunca fui muy bueno para el fútbol.


Nos separan sólo unos metros. Las luces me encandilan si miro por el espejo. Es como la sensación que te produce un bulldozer gigante que está por aplastarte. Ves las orugas deslizándose lentamente, tu no te puedes mover, la máquina avanza. Nunca fui aplastado por una cosa semejante, pero supongo que debe ser algo similar.
Ya estoy preparado. Me despido mentalmente de todo. A sentarme en una nubecita y mear para abajo. Porque, por si no lo sabían, ese es el origen de la lluvia. Son uno montón de enanos de cabellos enrulados, dorados y radiantes que a la orden de un tipo barbudo hacen sus necesidades sobre nosotros. ¿Nunca sintieron que sus vidas son un gran water a donde va toda la mierda?
Es el momento. Ya puedo ver el camino iluminado delante de mí. El maldito túnel con su musiquita de mierda. No se si tendré que desprenderme el cinturón para ir hasta allí. Capaz que entro con auto y todo. ¡Quien lo diría! El paraíso con parquímetro. Espero que no haya cepo, porque estoy sin dinero. Llega el segundo esperado y a la infeliz de la camioneta se le antoja frenar, hacer una maniobra extraña y rebasarme. Puedo sentir su motor rugiendo cuando pasa a mi lado. Es más, creo que puedo ver al chofer saludando a través de la ventana. Ahora sigue de largo y se pierde calle abajo. Y yo acá. Como un idiota. Sentado en mi auto esperando a que la luz cambie.

Comments on "Fotograma de auto"

 

Blogger Muñeca said ... (2:13 p. m.) : 

Mierda!!!!! demasiada adrenalina... yo creo que agarraba a los supuestos enanos o quienes estén en ese maldito tunel y los acogotaba si no hacían algo para detener lo que está por acontecer...
Jua!!! vos no crees en los ángeles del tunel pero sí en que los ángeles nos mean???????JUA!!!

 

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No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella.