Madurez
Los dos espíritus juegan y danzan esos juegos de niños que únicamente ellos entienden y mientras el cielo se abre a su alrededor y todas las gotas de la lluvia forman un abanico de color. Porque hasta la peor tormenta se rinde ante esta muestra de feroz alegría contenida. Y cuando la alegría estalla es como si cien collares de mil cuentas de colores se rompieran al mismo tiempo y el suelo se convirtiese en un arco iris gigante que invita a quedarse eternamente. Pero los zapatos grandes destrozan las perlas coloridas y la transforman en polvo gris de los demonios que cala hasta los huesos y cubre todo con una fina capa que inmoviliza. Y ya no se puede sonreír. |
Comments on "Madurez"